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Reseñas totales:2
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Promedio de reseñas por clientes:
  



por Nere en 15.06.2015
Estuvimos recientemente en Villa Rivendell con un grupo de amigos franceses. Tanto la casa como el jardín son una monada, con un ambiente muy acogedor. La casa está muy bien equipada, además al entrar nos enseñaron todas las estancias y nos explicaron el funcionamiento de todos los equipos. Gente muy amable y cordial. Nos dijeron que les llamaramos para solucionar cualquier posible duda o problema que surgiera. Además nos entregaron una lista con todos los supermercados, servicios médicos, restaurantes, etc. de la zona. En resumen, lo hemos pasado genial y nos hemos sentido muy bien atendidos. Hemos disfrutado mucho de la piscina y de la barbacoa ... y además hemos hecho amistad con las tortugas de agua del estanque. Muy recomendable, tanto el trato como la casa.


Respuesta del anunciante en 13.07.2015
Gracias por vuestro comentario. Aquí seréis siempre bienvenidos. Hasta pronto.
por Jose en 01.06.2015
No soy de los que alzan la palabra para hacer mención de aquellas estancias en donde un servidor y sus amigos, desconectan de aquello que llaman mundanal ruido durante unos días, pero debo reconocer que en mi dilatada trayectoria como usuario de alojamientos rurales, es la primera vez que, justo al salir por la puerta de la casa que nos “ha acogido” (la casa lo ha hecho, al menos), tenía clarísimo que debía informar de mis experiencias al respecto.

La casa, dentro de una urbanización, debo admitir que está bien. Su piscina, su terreno, su mini estanque, su gran cocina, su zona de juego para los más pequeños. No hay queja al respecto, o al menos, no importante.

En cuanto a las formas, esas de las que están hechas, no sólo las cosas, sino las ideas, los comportamientos, las maneras, desde mi punto de vista, no han sido para nada ni ideales, ni agradables ni acordes con el trato que todos merecemos.

Pero a ver, no exageremos, ¿qué ha pasado para que diga que no hemos sido tratados con respecto?

Como decía, de las decenas de casas que he tenido el gusto de disfrutar, en Rivendell, es la primera en la que se hace una división de la factura del alquiler por un lado y del consumo de agua y luz por otro. Un sistema muy raro.

Más raro y preocupante era la diferencia entre consumo de suministros incluidos o no. Hablando claro, 150 euros por a penas dos días de luz y agua. No quiero entrar en detalles energéticos pero, mucho consumo me parece a mí. Aunque siempre existía la opción de no pagar el todo incluido: la forma de controlarlo era igual de extraña que todo el proceso, foto entrada contadores, foto salida y cálculo.

A pesar de esas peculiaridades, al llegar a la casa, nos esperaban, no una ni dos, sino tres personas para darnos las llaves y enseñarnos el que iba a ser nuestro hogar durante dos días.

De nuevo vestigios anormales que hacían presagiar que lejos de encontrarnos con personas que se preocupan, que transmiten confianza, habíamos topado con personas que infundaban todo lo contrario.

Lo primero, cobrar el importe integro de la casa más una fianza nada desdeñable por si generábamos desperfectos. Algo exagerado de nuevo por la cantidad, pero bueno, nuestra idea era la de disfrutar de la compañía y no generar destrozos en la morada élfica.

Mientras una chica, de cuyo nombre no recuerdo por no presentarse ni preocuparse de cómo había ido el viaje, cobraba, otra enseñaba las estancias. Hasta aquí bien.

Pero, vaya por Dios, que al abrir una puerta, la señora que nos hacía de guía por Rivendell, se dio cuenta de que no funcionaba bien un picaporte. Y claro, la mejor manera de seguir alimentando esa sospecha de desconfianza que generaban los encargados del alquiler de la casa era comentar con gracejo “pues suerte que estoy aquí, si esto mismo hubiera pasado a la vuelta, y ver que no funcionaba, se os descontaría de la fianza”. Ole tú.
Cara de cuadro ante la frialdad y el esperpéntico comentario desafortunado que hizo nuestra guía particular.

Siguiendo con el tour y ya en la piscina, de nuevo, con ímpetu y ganas de pasar a los anales de la historia de los despropósitos, la señora comenta que la barbacoa (a cualquier cosa le llaman barbacoa) que era alemana, la podíamos usar pero que sólo donde estaba situada, ni un metro más para allá ni para aquí. Que debíamos dejarla como los chorros del oro y que si encontraban grasa incrustrada, en la parrilla o en el suelo, se nos descontarían 30 euros de la fianza.

Mi mente estaba ya tan perpleja que estaba empezando a cavilar y buscar cámaras ocultas por si todo lo que estaba allí sucediendo, era producto de algún “show” televisivo.

Para finiquitar el periplo por la casa, insistió de nuevo que, si la casa estaba sucia cuando volviera, se nos descontaría de la fianza. Pensé doblemente y con rapidez: por un lado ¿nos están llamando guarros y por otro ¿ a que no nos llegan los 300 euros depositados?

La verdad que toda esta información, hizo que no disfrutáramos de la casa: no encendimos la barbacoa, teníamos a mano trapo y escoba y cuidábamos las cosas con más esmero que nunca.

Pero todo llega a su fin y teníamos que volver. Pasamos momentos divertidos, con los de siempre, como siempre.

Llamamos a la responsable para que viniera a visionar la casa y como no podía ser de otra manera, nada más llegar, la primera preocupación fue entrar por todos y cada uno de los rincones por donde habíamos estado, buscando desperfectos, mirando si había “suciedad extrema” y sobre todo, entrando en las habitaciones para comprobar que no faltara nada.

Pero, vaya por Dios, en el recuento, faltaba una toalla. Y también un edredón de bebé que nos había dejado. ¿Dónde está el edredón? Preguntaba la responsable. Aquí, guardado en el armario.Ah vale…pero falta una toalla…… Hay que buscarla.

Minutos después encontramos, no sólo la toalla que faltaba sino dos más. (Pensaba que tenía control exhaustivo del inventario, caramba.)

La verdad que la sensación de desconfianza, aderezada con una nefasta manera de tratarnos (no sé si el resto de usuarios han tenido la misma experiencia) hace que no recomiende en absoluto la casa. Bueno, la casa si, sus responsables, para nada.

No entraré en cómo debe dirigir su supuesto negocio, pero sí le diré que nunca antes me habían hecho sentir así, y ya son muchas primaveras que un servidor calza en los lomos, esos que suelen reposar en alojamientos rurales.

Que todos hacemos las cosas para ganarnos la vida, claro. Que no deja de se4r un negocio, y tanto. Que hay que tener cuidado, “i tant” pero que ante todo somos personas y eso se traduce en valores, en sensaciones, en una confianza, por mínima que sea.
No preguntó qué tal lo habíamos pasado (al menos a mi no). No nos deseó que tuviéramos un buen viaje. De hecho no salió a despedirse. Creo que estaba comprobando si faltaban más cosas.

Dicen que Rivendell era la morada de los elfos, esas criaturas fantásticas que infundían elegancia y sabiduría. Por momentos pensé que más que Rivendell, estábamos más cerca de la torre con el ojo que todo lo controla. Si tolkien levantara la cabeza


Respuesta del anunciante en 15.06.2015
Estamos realmente perplejos y sorprendidos ante este comentario, que este señor, según estamos viendo, anda esparciendo por todos los portales donde encuentra nuestra casa.
El señor estuvo realmente en nuestra villa hace unas semanas con un grupo de 14 personas en total. La reserva no fue efectuada a través de alojamiento-vacaciones sino a través de otro portal. Ya puso un comentario en ese portal, pero el que pone aquí es mucho más inexplicable para nosotros.

Respecto a lo que indica como positivo, evidentemente no tenemos nada que objetar. No queremos entrar en cada una de las afirmaciones muy graves y en parte falsas y/o tergiversadas que ofrece sobre el trato ni sobre supuestas malas gestiones por parte de nosotros, los propietarios, ni del personal que atiende a los huéspedes. El lenguaje que utiliza pensamos que habla por sí mismo.

Nos consideramos buena gente y cuidamos mucho el trato y las formas. Tratamos siempre de ser muy respetuosos y amables con todos nuestros clientes, estando siempre dispuestos al diálogo y al entendimiento, aunque es obvio que siempre puede haber malos entendidos, como podría ser este caso. Hasta la fecha, todos nuestros huéspedes han estado encantados con el trato recibido. Las condiciones del alquiler se exponen con mucha claridad antes de la reserva y también somos flexibles en la medida de lo posible, con la intención de que nuestros huéspedes se sientan siempre cómodos y disfruten al máximo de su estancia.
Una vez expuesto esto, dejamos pues a su libre criterio si prefieren creer o no las afirmaciones incorrectas que este señor ha querido verter aquí.


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